Cada mañana en el autobús que tomo para ir a currar en el polígono, hay una señora de unos 30 años que lee en e-book. Su e-book lleva una funda preciosa de color morado, con tapa y cantos redondeados. En la tapa, la funda incorpora un bolsillo para llevar una pequeña libretita de papel y un boli. ¿Será para anotar las pequeñas reflexiones que nos sugiere toda lectura? ¿Será por si se le olvida algo y tiene que hacer lista de compra? La lista de la compra no la puedes fiar al mundo virtual, puede que te quedes sin cobertura o sin batería en mitad del supermercado.
Me encanta verla cada mañana, absorta en su libro, en su e-libro. Con su libretita a mano, por si acaso.